Calendario solar en Alpuente
Artículo sobre los altares rupestres que se hallan en el término de Alpuente y como podrían ser utilizados como un calendario solar. Rocas de grandes dimensiones sobre las que la intervención humana ha grabado cubetas y símbolos. Las alineaciones formadas entre estas grandes rocas, o entre estas y algunas montañas próximas señala algunas direcciones relacionadas con el orto y ocaso del Sol en fechas clave para el calendario.
Junto con la aritmética, la astronomía se tiene por la ciencia más antigua desarrollada por el hombre, antes de continuar con la exposición conviene incluir unas notas sobre los cambios en el cielo. La observación del cielo nocturno, aunque no se realice con intención de estudio del mismo muestra cambios cíclicos. Es decir, la mera contemplación del cielo nocturno, aun cuando no se pretenda su estudio, pone en evidencia que este cambia a lo largo de la noche, pero también entre noches no muy alejadas en el tiempo se perciben cambios. El movimiento aparente de las estrellas desplazándose hacia el oeste a lo largo de la noche es bien visible, pero incluso que cada noche se ven estrellas diferentes también lo es para un observador mínimamente curioso. Los cambios en la posición de la bóveda celeste son sumamente cíclicos, ya que dependen del movimiento de rotación de la tierra y de su traslación en torno al Sol, pero incluso hay cambios muy evidentes en la bóveda celeste, no sólo en su apariencia, que no pueden pasar desapercibidos. El más notable son las fases de la Luna, su carácter cíclico y duración da lugar al mes, que está en el origen de algunos calendarios como el musulmán o el hebreo. Otro cambio notorio son los movimientos de los planetas, es imposible no percibir los cambios de posición de luminarias tan potentes como Venus, Júpiter o Marte, Saturno también es bien visible pero su brillo es bastante inferior, Mercurio siempre se ve próximo al Sol, por lo que no es tan evidente; aunque las antiguas civilizaciones los detectaron a todos ellos, y todos tienen su día conmemorativo en los días de la semana, no acertaron a dar una explicación satisfactoria. Los movimientos de los planetas son mucho más complejos y no son fáciles de predecir. Cuando los humanos no tienen explicación para algún fenómeno se tiende a justificarlo como algo mágico, más aun hace miles de años, las civilizaciones antiguas los tomaron como dioses. Tales movimientos no se conocieron y explicaron plenamente hasta las contribuciones de Copérnico y Kepler en la edad media. Pero volviendo a la observación ancestral del cielo la sucesión día noche es el ciclo más obvio, pero incluso la diferente duración del día y la noche a lo largo del año debió ponerse de manifiesto. La medida del tiempo debió ser estudiada hace miles de años, y, posiblemente fue el primer desarrollo científico llevado a cabo por los pueblos de la antigüedad.
Cuando menos se pueden señalar dos razones que llevarían al hombre antiguo a realizar una observación sistemática de los ciclos lunares y solares, y que podrían servir de base para la elaboración del calendario. El hombre agricultor necesitaba conocer y señalar las estaciones para realizar las diferentes labores agrícolas y esta necesidad impulsó el conocimiento de los ciclos de Luna y Sol. Además, con no menos fuerza, el carácter ritual o mágico atribuido a los cambios en el cielo y en especial al Sol y la luna pudo llevar a seguir los cambios que se producen con regularidad en el cielo. El comercio y la guerra también necesita de un calendario para determinar la mejor época. También pudieron haber otras razones que desde nuestra cultura resulta difícil estimar.
En cualquier caso es seguro que el hombre antiguo aprendió las fases de la Luna o los ciclos del sol y pudo aplicar ese conocimiento para contar el tiempo. La medida del tiempo suele estar relacionada con fenómenos astronómicos que tienen frecuencias muy regulares. Las más sencillas la salida y puesta del Sol, o las fases de la luna, que como ya se ha dicho son el origen del día y el mes respectivamente. Los cambios en la posición del sol a lo largo del año no son tan evidentes pero a largo plazo resultan muy precisos y darán lugar al año como medida de tiempo.
El movimiento del sol a lo largo del año también debió resultar evidente para los antiguos pobladores, como se atestigua a través de algunas construcciones y legados en otras culturas. El cambio en la altura máxima del Sol a lo largo del año es evidente y conocido por todos. Ahora bien, para nosotros, que vivimos en función de la hora señalada por el reloj, no es fácil averiguar que la salida del sol se produce hacia el noreste en verano, y hacia el sureste en invierno. Estas variaciones serían más notorias para los antiguos pobladores que seguro que adecuaban su vida a las horas de Sol. Viviendo en la naturaleza, rodeado por un horizonte despejado, es evidente que el punto del horizonte por el que sale o se pone el Sol cambia a lo largo de los días y que esta variación es cíclica.
Determinar la altura máxima del sol a lo largo de un día es complejo, ya que requiere medir su sombra al medio día, para lo cual es preciso determinar este instante, o realizar varias medidas consecutivas y tomar la menor de ellas. Resulta más fácil de percibir que el sol sale y se pone cada día del año por un punto diferente del horizonte, y teniendo este libre, es fácil determinar que estas variaciones se suceden siguiendo un ciclo anual. Únicamente se precisa disponer de dos hitos o mojones que señalen alguna dirección característica de salida o puesta del sol para establecer el ciclo anual y un comienzo arbitrario. El orto solar más hacia el norte se produce en el solsticio de verano, o más hacia el sur en el solsticio de invierno, igual sucede con los ocasos. O la posición intermedia a estas que tiene lugar en los equinoccios. Ver gráfico 1. Parece lógico que el comienzo del ciclo se situe en una de las posiciones extremas o en la intermedia. Actualmente el comienzo del año se aproxima mucho a la posición del Sol en el solsticio de invierno, aunque este está condicionado por otros factores y se ha modificado a lo largo de la historia
Cabe hacer una clara diferencia entre el conocimiento y su aplicación. Sería posible que habiendo percibido los cambios en la bóveda celeste, incluso los relativos al sol, sus ortos y ocasos, no tuviesen aplicación práctica, pero parece poco probable. Además tener la capacidad de predecir lo que harán los astros en fechas venideras debió ser una gran tentación, y ahí entran en juego los altares e hipótesis que se describen en este artículo.
Descripción de los altares
En Alpuente se encuentran tres grandes moles de piedra que a mi juicio forman un extraordinario calendario solar. Las alineaciones, cubetas y símbolos hallados en las rocas le dan la consistencia suficiente para analizar y exponer esta hipótesis. En los párrafos siguientes expongo las características de cada uno de los elementos y mi hipótesis sobre el conjunto.
De forma genérica, estas moles de roca reciben el nombre de “altares rupestres”. Uno de estos altares, el más elaborado, y al que me referiré como altar de Baldovar, es cilíndrico de 5,5 metros de diámetro y 3,4 metros de altura, foto 1. Si calculamos el cociente entre el diámetro y la altura nos da 1,617, el número áureo es 1.61800339... el parecido es extraordinario y no debe ser pasado por alto. ¿podemos pensar que los antiguos habitantes conocían el número áureo? en mi opinión rotundamente no, pero si induce a pensar en el número áureo como una proporción armónica que los creadores guardaron en su construcción, no por que conociesen el número si no por la armonía que este representa.
El altar de Baldovar está labrado sobre piedra caliza arenisca, una roca no muy dura que se modela con relativa facilidad. Se levanta sobre una superficie lisa y horizontal de este material de más de 100 metros cuadrados de extensión del que forma parte. Esta compuesto por tres estratos inclinados. Puesto que la roca forma parte de la base implica que esta fue tallada de una parte mayor para darle la forma actual. No es una roca que haya llegado hasta ahí por que haya caído desde algún monte cercano.
La parte superior de la roca es ligeramente curvada y en su centro se encuentra una cubeta de 28 centímetros de diámetro y 25 de profundidad, foto 2. Rodeando esta cubeta hay un pequeño canal de unos 5 centímetros de ancho por 2 de profundidad, con ocho canales radiales, de similares dimensiones que lo unen a la cubeta central. Además se pueden ver dos pequeñas cubetas semiesféricas de unos 12 centímetros de diámetro junto con otros símbolos, entre ellos una cruz de unos 50 centímetros. Toda la mole está rodeada por 36 pequeños agujeros de unos 6 a 8 centímetros de diámetro y 3 a 5 de profundidad, foto 3. Estos huecos pudieran ser para darle un carácter único a esta roca que la diferenciase de cualquier otra, aunque dada su distribución regular por los lados este norte y sur también pudieran ser alguna indicación de tiempo, a modo de un tosco reloj de sol.
La cara sur presenta dos plataformas que permiten un fácil acceso. En la cara superior de la segunda plataforma hay dos cubetas más pequeñas, una de ellas es circular de unos 12 centímetros de diámetro y algo menos de 8 de profundidad, la otra de similares dimensiones presenta algunas grietas radiales en su borde. En la cara anterior de la primera plataforma se aprecian dos huecos que pudieron hacer las veces de peldaños, si bien se encuentran muy desgastados.
Comparado con los paralelismos existentes en otras culturas su tallado se dataría entre 2500 y 4000 años de antigüedad, en la edad del Bronce. Teniendo en cuenta que la excavación de las cubetas y huecos precisa de útiles metálicos quizá se pueda acotar su construcción hacia finales de la edad del bronce. Esta roca está catalogada como un altar rupestre y parece que no hay duda sobre el perfilado artificial de los laterales del altar.
Al segundo altar, hemos convenido en llamarle “Peña del solsticio”, haciendo referencia a su posición estratégica para señalar el solsticio de verano. Es más tosco, de forma piramidal y de mayores proporciones, ver en foto 4. La altura es de 5,6 metros, por el lado este, el lado oeste tiene mayor altura, 6,8 metros ya que la plataforma sobre la que se asienta forma de escalón. La base del altar es de forma rectangular de 10 X 4 metros que se reduce en la parte superior a 5 X 1,3 metros. La cara oeste es plana, las demás presentan bastantes irregularidades. El eje mayor se orienta en dirección noroeste. La parte superior presenta cuatro elevaciones en forma de domos de algo menos de un metro cada una.
En el extremo norte hay una cubeta circular de 35 centímetros de diámetro por 15 de profundidad con el fondo plano, foto 5. La roca es de tipo caliza, relativamente fácil de tallar, siendo un único bloque que forma conjunto con la base, lo que apoya la tesis de que fue tallado desde dicha base. No se han observado grabados en sus caras laterales.
El tercero de los altares es algo más pequeño y nos referimos a el como el “altar de los Sacerdotes”. Dos de sus caras son verticales y paralelas, lo que le confieren un aspecto más esbelto, foto 6. En su cara sur presenta una gran oquedad en su tercio inferior, foto 7, y en la parte interior de esta la roca tiene un aspecto rojizo como si se hubiesen alcanzado ahí elevadas temperaturas. El altar tiene 5 metros de alto y 3 X 4 metros en la base. Se aprecian tres estratos diferenciados y como en los anteriores forma parte de la roca de la base. La parte superior de este altar muestra una sobre elevación en forma de domo y arriba de ella una cubeta de 25 centímetros de diámetro, de forma circular, si bien no tan perfectamente talladas como las descritas en los otros altares, foto 8. El altar de los Sacerdotes y el de los sacerdotes se hallan sobre la misma superficie rocosa, la distancia entre las cubetas superiores de cada uno es de 63 metros.
El acceso a la parte superior de los altares es desigual. El altar de Baldovar tiene un acceso fácil por su lado sur con dos pequeñas plataformas a modo de escalones que simplifican el acceso a la parte superior, aunque no es posible el acceso sin utilizar las manos como ayuda. Pudiera haber una pequeña estructura de madera que facilitase el ascenso a la primera plataforma. En la cota más alta, una plataforma de casi 2 metros de diámetro, ligeramente curvada, albergaría cómodamente al oficiante si este fuese el uso, incluso dos o tres personas más pueden estar al mismo tiempo. El acceso a la parte superior de la Peña del solsticio es algo más complicado. Por la vertiente norte la pendiente es más suave y es posible acceder con algunas dificultades, no se ha encontrado nada parecido a peldaños. Las otras caras son prácticamente verticales. El altar de los Sacerdotes es el de más difícil acceso, siendo sus caras verticales o con gran inclinación.
Cabe añadir a la descripción del conjunto que entre los dos últimos altares hay varias rocas grandes en el suelo, tres de ellas tienen aspecto circular. Si entre estas rocas y los altares descritos existe alguna relación aún no ha sido establecida. También señalar que sobre otra roca plana existente entre ambos altares se aprecian varios petroglifos que parecen ser figuras antropomorfas, y que bien puede ser una danza alegórica del ritual y que se muestran en la foto 9. Los brazos están dirigidos hacia arriba, aunque también pudiera representar una oración. Las mayores en el centro tienen un metro de altura, las otras dos 0,4 metros.
Del análisis del conjunto se desprenden algunas características interesantes. Cabe destacar que los tres tienen una cubeta en la parte superior, y solo una, de diámetro similar en los tres casos, y la del altar de Baldovar es el doble de profunda que las otras. En otros lugares de Alpuente se pueden observar este tipo de piletas, de diversas dimensiones, generalmente agrupadas formando conjuntos. Una pileta en cada altar podría señalar una referencia de posición concreta.
Sobre el uso al que pudieran ser destinados los altares cabría descartar su uso funcional o laboral. Dada la poca capacidad de las piletas excavadas en cada uno de ellos y la profusión de otros símbolos en el altar de Baldovar, no parece que fuesen destinados a este tipo de usos. Igualmente razonaríamos sobre los canales que rodean a la pileta del altar de Baldovar. Considerando poco probables los usos funcionales habría que aceptar el uso ritual de estos.
Descripción del entorno
El altar de Baldovar ocupa una zona llana, al noroeste de un amplio valle. Es una roca singular que puede divisarse desde bastante distancia, no hay otra como ella en todo el valle. Se encuentra a los pies de una montaña que cierra el valle por el noroeste, y que se eleva trescientos metros sobre la altura del altar. Otra montaña de altura algo menor se yergue hacia el suroeste. Ambas ponen un telón imponente, tanto por el aspecto cónico que presentan como por estar coronadas por pequeñas paredes verticales en su parte superior. El Peña del solsticio es algo menos visible, en parte por que se encuentra próxima a una loma de similar altura y que de alguna forma compite con él, así como su forma irregular.
Para el estudio de la alineación es necesario conocer las coordenadas de cada uno de los altares, para ello he utilizado un GPS, realizando varias medidas. De la reducción de las mismas se desprende que la dirección del primer altar al segundo reseñado es de 62 grados medidos desde el norte en el sentido de las agujas del reloj. Usando el mismo método la dirección desde el primer altar al tercero es de 73,6 grados. Los resultados obtenidos se han cotejado con el programa SIGPAC del Ministerio de Agricultura en el que se ven los altares. Los altares reseñados en segundo y tercer lugar están a la misma distancia desde el primer altar ambos están a 259 metros. Las diferencias entre la determinación de la posición mediante el GPS y sobre el visor del SIGPAC son del orden de 3 metros, aproximadamente 0,1 segundo de arco en latitud y/o longitud.
Desde el punto de vista astronómico es muy interesante su posición ya que la hipótesis versa sobre la alineación de dos de ellos que señalan la salida del sol el primer día de verano. Los tres forman un triángulo isósceles muy agudo, con el ángulo comprendido entre sus lados mayores de solo 12 grados, ver dibujo 2. Los dos lados mayores son iguales, ya que la distancia desde el altar fálico a los otros dos es la misma, 259 metros.
Vista la Peña del Solsticio desde el altar de Baldovar, comprende un arco de 1,1 grados, aproximadamente el doble que el diámetro del Sol. Desde el altar fálico solo se ve la parte superior del altar de los Sacerdotes, aproximadamente 0,5 metros, la parte inferior queda oculta tras una pequeña colina que hay entre ambos.
Efemérides y trayectoria del Sol
Si calculamos el azimut del sol en el orto para esta latitud, es decir la dirección por la que sale el sol el día del solsticio de verano vemos que es de 58,75 grados, este es el valor para un horizonte ideal, nivelado respecto al observador, este es el horizonte que se observa en la mar. En el caso que nos ocupa la salida del sol se produce por encima de las montañas del fondo, que se elevan aproximadamente 3 grados por encima del horizonte ideal. Así tenemos que la salida del sol sobre un horizonte ideal tiene lugar a las 4h35m T.U. con un azimut de 58,75º para el lugar de observación, pero la salida real se produce a las 4h55m, en la dirección 61º, ya que la trayectoria del sol es oblicua, con una inclinación de 50º sobre el horizonte.
Observación
Sin duda la prueba esencial para confirmar la hipótesis es observar la salida del sol el día del solsticio de verano, así que el 21 de junio del 2011, como posiblemente hacían los antiguos habitantes de Alpuente me dispuse a ver la salida del sol desde el altar principal.
La salida del sol es un fenómeno que se desarrolla lentamente, pero aquel día fue más lento de lo acostumbrado y parecía que el sol no terminaría de salir. La foto 10 muestra la salida del sol el primer día de verano visto desde el altar de Baldovar. A la derecha del sol naciente se ve la Peña del solsticio. Esta es la imagen que se puede observar a simple vista, y la que verían los antiguos habitantes de este valle, coincidiendo el sol naciente con el Peña del solsticio, estas fueron mis conclusiones.
La salida efectiva del sol se produce cuando se eleva por encima de las montañas del fondo, cuya altura es igual a la base de la peña. En el orto solar del solsticio de verano, visto desde el Altar de Baldovar, el sol se eleva por la arista norte de la Peña del Solsticio, cuya inclinación es igual a la trayectoria del sol, por lo que durante 4 minutos se ve al sol deslizarse por la arista de la Peña. Se expuso en la descripción de los altares que cada uno tiene una pileta en la parte superior. En el caso de la peña del solsticio la pileta se encuentra en el extremo norte del altar, precisamente por la arista más próxima a la salida del Sol.
Cabe también considerar que el punto por el que sale el sol sobre el horizonte depende de la inclinación del eje de rotación de la Tierra respecto a la eclíptica, este es el plano en el que se mueve la Tierra alrededor del Sol. La variación de la inclinación del eje de rotación en los últimos 3.000 años ha sido pequeña y la diferencia entre el punto de salida observado ahora y hace 3.000 años es menor que 0.3 grados. A este respecto incidir en que la precesión de los equinoccios afecta a la fecha y coordenadas de la salida de las estrellas u otros astros tomado como referencia el punto de intersección entre el ecuador y la eclíptica, (primer punto de Aries) pero no al acimut en el orto de los astros que sólo depende de la inclinación del eje terrestre respecto a la eclíptica.
El calendario
Un calendario es un modelo para realizar el computo del tiempo, en general se utilizan fenómenos astronómicos regulares para medir el tiempo. El día como la sucesión de las salidas y puestas del sol. El mes tiene su origen en la duración del ciclo lunar. El tiempo entre dos pasos consecutivos de la Tierra por el mismo punto de su órbita da origen al año. El movimiento de la Tierra en su órbita, junto con la inclinación del eje terrestre dan como resultado el desplazamiento del punto por el que sale el sol a lo largo de un ciclo anual, determinando las posiciones extremas de dichas salidas (u ocasos) y verificando diariamente el punto por el que sale el sol se puede determinar el comienzo de cada ciclo.
Para establecer un calendario solar se requiere disponer de una línea maestra que defina alguna de las posiciones particulares del sol y que permita determinar el comienzo de un periodo. En el caso que analizamos los dos hitos y las cubetas excavadas en la parte superior forman una alineación fácilmente identificable con el solsticio de verano, que puede ser seguida para determinar el comienzo del nuevo ciclo. La alineación del altar de Baldovar, que considero como el principal, y la Peña del Solsticio que sería la referencia, señala una dirección muy próxima a la de la salida del Sol el primer día de verano, el solsticio de verano. De ahí que plantee que estos altares pudieran haber sido utilizados como referencia de un calendario solar, o para realizar algún tipo de ritual que tuviese el sol como elemento principal.
Conclusión
Se comprueba que los Altares rupestres de Alpuente cumplen las premisas básicas para establecer un calendario solar. De ser cierta esta hipótesis nos encontramos ante un conjunto de altares que a su relevancia arqueológica suman la astronómica, ya que se trataría de la alineación de dos elementos construidos o perfilados para este fin.
Aunque no se exponen en este artículo, en un radio de unos pocos kilómetros se pueden encontrar un elevado número de cubetas y canales excavadas en rocas o en suelos rocosos. En total se han catalogado siete altares rupestres en el término de Alpuente. También diversos grabados con formas zoomorfas y antropomorfas, cayados, tablas de puntos y otros. En una roca cercana, otro petroglifo reproduce la imagen de la silueta una montaña próxima con un dibujo de un círculo radiado que parece evocar al sol.
Las variaciones debidas a la evolución en la posición e inclinación de la Tierra u otros elementos astronómicos en estos miles de años es poco relevante por lo que podemos afirmar que la contemplación del fenómeno en este siglo XXI es prácticamente idéntica a la que pudieron observar los antiguos alpontinos hace algunos miles de años.
Agradecimientos
Es justo agradecer la ayuda de Dña. Amparo Rodriguez Sambonet, Alcaldesa de Alpuente, y extraordinaria conocedora del acervo cultural de Alpuente, que en forma de petroglifos y grabados se pueden hallar en este término municipal. También la de Josep María Burriel, arqueólogo con el que he podido conversar sobre aspectos, denominaciones, y posibles usos del conjunto que nos ocupa.
En el BOE de 8 de noviembre de 2011, en su apartado 17163 recoge la resolución del Consell de la Comunitat Valenciana que en su reunión del 21 de octubre del mismo año incluye como Bien de Interés Cultural al Altar de Baldovar como Peña Ramiro con referencia: ZA 210 AR y el Altar de los Sacerdotes con referencia: ZA 208 AR. La Peña del Solsticio no está recogida en la declaración.